Suscribo todas y cada una de tus palabras sobre las magníficas personas que
nos acompañan en los cafés y forman parte de nosotras en esta aventura.
Sin
embargo, esta crónica no estará completa sin mencionarte a ti, arcilla, y para
eso estoy yo. Para contar que un día se nos ocurrió organizar los cafés, cómo
nos entusiasmamos y nos lanzamos juntas a ello. Tan distintas y
complementarias, como bien has dicho.
Si yo soy la parte serena, tú eres el
cascabel de las tardes, la risa que nos acompaña, la alegría que desborda y nos
llena a todos. Eres la que siempre tiene un momento para escuchar, para
comprender, para dialogar con quien lo necesite, siempre dispuesta. Y por todo esto, y mucho más
que yo sé, quiero agradecerte que seas como eres, fiel a ti misma y a tus
principios, y que sigas riendo y alegrándonos. Desde aquí mi respeto y mi profundo
cariño para ti.
Y sí, tenemos mucho que dar y seguiremos haciéndolo en este segundo año, con más cafés, con más
cenas, con nuevas ideas y proyectos, infatigables y perseverantes.
Eso sí, con todos y cada uno de vosotros, sin excepción!
Vale... repito porque el anterior comentario se ha perdido en el ciberespacio :(.
ResponderEliminarQue digo que... ¿a tí no te he dicho nunca que... no se vale... emocionar????... grrrrrrrrrrrrrrr...
Después de eso... no se que decir... GRACIAS es poco... pero... tendrá que valer :).
Sabes que... el cariño y el respeto... es recíproco... y como se suele decir... que podamos seguir con esta maravillosa locura... ¡por muchos años!!!...
Muacksssssssssssssssssss
Ahhhh se siente!! Somos pura emoción, y no podemos renegar de ello. Besossssss
ResponderEliminar