El café del sábado día seis fue especial para mí. Uno de los habituales
“cafeteros” tuvo el detalle de hacernos un regalo a arcilla y a mí (hay otra esperando a otra "cafetera"). La razón era agradecernos lo que hacemos, la acogida que le dimos y lo bien que le hacemos
sentir cada tarde de sábado que viene (no falla nunca!). Así lo expresa en su
regalo, esta bonita taza con la imagen que hemos hecho nuestra, tomando café y charlando en la terraza.
De la misma manera, quiero hacerle saber que él es parte del éxito de los
cafés, su presencia, su ánimo, sus ganas de aprender y de saber, hacen que
merezca la pena organizarlos. Se lo agradezco de corazón, fue una sorpresa
bonita que me llegó muy dentro y que, aunque no lo mostré (no solté lagrimita),
me emocionó profundamente.
Y desde aquí, quisiera agradecer a todos su presencia, a los habituales y a los nuevos, a los que siguen y a los que nos dejan. Todos juntos vamos tejiendo estas tardes que van tomando consistencia y que nos aportan una riqueza diferente.
Y desde aquí, quisiera agradecer a todos su presencia, a los habituales y a los nuevos, a los que siguen y a los que nos dejan. Todos juntos vamos tejiendo estas tardes que van tomando consistencia y que nos aportan una riqueza diferente.
Gracias.
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